jueves, 19 de junio de 2008

El Suricato es, pequeño miembro de la familia de las mangostas que habita en la parte meridional de África. Los suricatos son conocidos por su postura erecta y su comportamiento altamente sociable.


Suelen vivir en áreas secas y abiertas y en sabanas. Su área de distribución se extiende desde el sureste de Angola hasta Sudáfrica. Forman colonias, normalmente en lugares arenosos, en los que pueden excavar elaboradas madrigueras subterráneas.
Miden entre 25 y 50 cm de longitud, sin incluir la cola. Son más delgados que muchas mangostas. Tienen hocicos puntiagudos, pelaje de color castaño plateado e irregulares rayas oscuras en la parte alta del lomo. Sus caras son blancas, con marcas oscuras en las orejas y alrededor de los ojos. A diferencia de la mayoría de las mangostas, los suricatos tienen cuatro dedos en lugar de cinco en cada pata.
Se alimentan principalmente de insectos, arañas y miriápodos, aunque también pueden comer pequeños vertebrados, huevos y raíces. Tienen entre dos y cuatro crías, que suelen nacer en otoño o a principios del invierno, después de un periodo de gestación de unas 11 semanas. Tanto las hembras como los machos cuidan, alimentan y protegen a su prole.


Suelen levantarse sobre las patas traseras o incluso sobre los dedos para olisquear el viento y tratar de prevenir un posible ataque de los buitres. Tienen una excelente visión y son capaces de emitir al menos diez clases de sonidos, incluyendo un ladrido de alarma.



Debido a que pueden transmitir la rabia, han sido cazados o gaseados en sus madrigueras en áreas en que constituyen una amenaza para el hombre. No obstante, su número no ha disminuido de forma significativa. En Sudáfrica, estas criaturas cariñosas y fáciles de domesticar se utilizan como animales de compañía.

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